sábado, 9 de febrero de 2008

El parto


El parto es el mecanismo por el cual en los animales vivíparos, una vez completado el desarrollo del nuevo ser, se produce la expulsión del feto desde el claustro materno al exterior en un tiempo relativamente breve. Es un momento crucial en la vida de los humanos, probablemente el más importante, de cuya evolución dependerá la calidad vital posterior. Un parto con sufrimiento fetal puede producir la muerte del nuevo ser o, a veces, un grado de subnormalidad piscomotriz que impedirá la independencia social o limitirá el desarrollo intelectual.
El final de la gestación y el inicio del parto a término no tiene una frontera neta, no existen unos síntomas claros que señalen cuando se interrumpirá la gestación. A veces hay una serie de molestias vagas e imprecisas, de duración variable, llamadas genéricamente pródromos de parto. La forma más frecuente y menos traumática de parto en la especie humana es el parto en presentación cefálica, es decir la parte que se exterioriza en primer lugar corresponde a la cabeza, y en la variedad llamada de vértice (por salir el vértice u occipucio en primer término por la vulva).
Una vez iniciadas las contracciones uterinas regulares se pueden distinguir tres fases del parto: el periodo de dilatación, el periodo expulsivo, y el alumbramiento o expulsión de la placenta y anexos ovulares. La duración de estos periodos varía de una mujer a otra según la edad, número de partos previos, intensidad de la contracciones uterinas, existencia de bolsa amniótica, tamaño fetal, etc.
Período de dilatación
Una vez instauradas las contracciones uterinas regulares, el feto de progresar por el canal del parto, adaptar las características de la cabeza a los diámetros de la pelvis, y conseguir la dilatación del cuello uterino y vagina. Durante esta etapa se debe vigilar las características de las contracciones uterinas y la reacción del corazón ante las mismas con la finalidad de detectar cualquier anomalía sugestiva de sufrimiento fetal.
Durante el parto se producen cambios muy importantes en el cuello uterino: el borramiento y la dilatación del mismo. En la prímipara (durante el primer parto) el borramiento del cuello o acortamiento del conducto cervical es previo al inicio de la dilatación. En las multíparas el borramiento y la dilatación son simultáneas.
La dilatación se mide en cm y al principio es lenta; cuando alcanza los 5 cm su velocidad de dilatación aumenta. Cuando se alcanza los 10 cm se dice que la dilatación es completa o suficiente para el paso del feto.
Al mismo tiempo que se producen los cambios del cuello uterino, el feto se adapta al canal del parto, rota en su interior y desciende, para finalmente salir al exterior. Primero se desprende la cabeza, luego los hombros y finalmente la pélvis.
Período expulsivo
El período expulsivo comienza en el momento en que la dilatación es completa, es decir permite el paso del feto a su través. Durante el mismo el feto debe completar el descenso, rotación y amoldamiento de la cabeza al canal del parto. Las fuerzas que participan son las contracciones uterinas y la contracción voluntaria de los músculos abdominales que intentan expulsar el contenido uterino.
Período de alumbramiento
Durante el alumbramiento se produce el desprendimiento de la placenta y las membranas del saco amniótico.
Reanimación del recién nacido
La reanimación del recien nacido incluye la asistencia inmediata que se presta para favorecer la respiración del neonato y la prevención de la hipotermia inmediata al parto.
Reparación de la episiotomía
Una vez terminado el parto se debe revisar el canal genital para detectar la presencia de eventuales lesiones de las partes blandas durante el paso del feto a su través que se suturarán si existiesen. A continuación se procede a suturar la episiotomía.

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